¿Ustedes qué son?…

Un montón, un grupo, un equipo o una comunidad productiva.

En un mundo increíblemente interconectado, donde la información, la complejidad y la infinita cantidad de oportunidades de colaborar están inmersas en nuestro día a día, se vuelve cada vez más importante la capacidad de crear redes colaborativas, como diferenciador para lograr resultados sobresalientes.

Llevo más de 25 años como consultor, principalmente especializados en el liderazgo y la construcción de equipos poderosos, y sigo viendo una y otra y otra vez cómo los principales líderes de la Organizaciones sobrevaloran el aislamiento individual y subestiman la colaboración.

Tal vez digas: “yo nos soy así”. ¿Qué te parece si haces un alto, y reflexionas sobre las siguientes cuestiones?:

  1. Las metas de mi equipo para este año ¿fueron establecidas en conjunto con los miembros de mi equipo?
  2. Cuando tomamos decisiones, ¿lo hacemos por consenso?
  3. Los bonos que otorgamos ¿premian los resultados individuales o los colectivos?
  4. Cuando reconozco a las personas por el trabajo bien hecho ¿reconozco el esfuerzo por colaborar y ayudar a los compañeros o destaco el desempeño sobresaliente de los individuos?
  5. Cuando discutimos en mi equipo ¿En qué invertimos más tiempo, en tratar de demostrar que tenemos la razón o en tratar de entender el punto de vista de los demás?
  6. ¿Alguna vez he conversado con mis colaboradores acerca de cómo es que el pertenecer a este equipo contribuye con el logro de sus metas personales?
  7. ¿Entendemos, CLARAMENTE, cómo es que nuestro trabajo contribuye a mejorar la vida de los clientes que lo reciben (internos o externos)?

Después de reflexionar sobre los puntos anteriores, ¿cómo se describirían? Como un montón de personas que coinciden en un espacio físico, como un grupo que comparten ciertas funciones y siguen un conjunto de reglas, como un equipo que se dirigen hacia una misma meta y reconocen su interdependencia o como una Comunidad que además de compartir el sueño de lograr una visión, viven con fervor un propósito que los une y que con sus actos han creado una cultura de colaboración altamente productiva; que incluso usa la compasión para ayudar al compañero cuando más lo necesita.

Tal vez la última descripción que doy sobre lo que es una Comunidad Productiva, te parezca demasiado poética, rayando en lo cursi; pero te aseguro que es TOTALMENTE PRAGMÁTICA, es el camino más rápido y menos tortuoso para convertirse en un equipo productivo. En los siguientes párrafos, trataré de demostrártelo.

El camino que aparenta ser el más lento, suele ser el más rápido.

Imagina la siguiente situación, una mamá, excelente cocinera, tiene un grupo de amigas a quienes invita a cenar a su casa una vez por semana, el grupo se ha hecho tan popular que han invitado a otras mujeres y ahora la mamá recurre a los hijos para la apoyen a preparar la cena; los hijos quieren aprender, pero ella observa que siempre que trata de explicarles cómo deben hacer las cosas, tarda más que si lo hiciera sola, entonces desiste en enseñarles. ¿qué crees que sucederá en el futuro?, ¿alguna vez reducirá el tiempo que invierte en preparar la cena?

¡CLARO QUE NO!

CADA VEZ INVIERTE MÁS HORAS

Si ella hubiera invertido, durante las primeras veces, un poco de tiempo para enseñar a sus hijos, ahora realizarían la cena en menor tiempo, aumentando así la productividad. Pero no lo hizo, pues en ese momento considero que esos momentos eran tiempo desperdiciado.

En los equipos sucede igual, evitamos conversaciones importantes, para no “desperdiciar tiempo”; sabiendo que más tarde regresaremos a las mismas conversaciones, una vez que nos hayamos hecho conscientes de la inmensa cantidad de tiempo y problemas que pudimos haber evitado.

1er Consejo:
Programa tiempo para platicar con tus compañeros de equipo.
Compartan lo que hacen, reflexionen cómo es que unos contribuyen con otros, conózcanse, enseñen al que no sabe y estén dispuestos a aprender de los demás.

Somos mejor unidos.

“El todo es más que la suma de sus partes”

Aristóteles

Decimos muchas frases sin estar convencidos: “dos cabezas piensan más que una”, “la unión hace la fuerza”, “la cuerda triple es difícil de romper”, entre muchas más; sin embargo nuestras palabras no reflejan nuestros actos, en la práctica diaria el refrán que más seguimos, por desgracia, es: “mejor solos que mal acompañados”. Pero éste es un muy mal consejo.

Lo puedes notar en casi cualquier aspecto de la vida, por ejemplo los Gobiernos de Malasia decidieron en los años 50´s políticas de largo plazo que favorecían la inversión en Educación y Tecnología, pese a que eso podía arrastrar a millones de malayos a la pobreza, sin embargo decidieron que era la mejor decisión si querían una generación futura con más oportunidades. En México se han tenido las mismas discusiones durante décadas, pero nuestros políticos defienden más a sus ideologías partidistas que el deseo de tener un consenso que favorezca a los mexicanos. El resultado es que el Producto Interno Bruto per cápita de los malayos creció 12 veces más que el PIB per cápita de los mexicanos, desde 1950 hasta el 2000.

En los deportes también es evidente que la colaboración SIEMPRE VENCE AL INDIVIDUALISMO; equipos con menores nóminas pueden ganar campeonatos sobre equipos con más estrellas pero menos labor de conjunto. (ligar a artículo de Trabajo Colaborativo) Cómo ejemplo observa la relación entre goles y pases de las ligas europeas de futbol en el 2019.

En resumen: MÁS PASES = MÁS GOLES, o dicho de otra manera más colaboración es igual a más resultados.

2º Consejo:
Lleguen a acuerdos por consenso, aunque les lleve más tiempo.
La clave es que TODOS estén conformes con su participación.

Tu mente y tu corazón están en lo que amas.

“El único modo de hacer un gran trabajo es amar lo que haces”.

Steve Jobs.

Para que tus colaboradores sean productivos y mantengan un alto nivel de entusiasmo, DEBEN INTERESARSE POR SU TRABAJO.

Yo les pongo a mis clientes el ejemplo de la Navidad; en esos momentos mamá y papá no tienen que despertar a los niños para vayan al árbol a observar sus regalos, se levantan como impulsados por un resorte, pues saben que algo muy bueno va a suceder, algo especial, ¡no es un regalo cualquiera!, es un ser especial quien me lo trae el niño Dios. Ahora imagina que tus colaboradores creyeran que ir a trabajar es un regalo especial, en donde ellos pueden, gracias a la colaboración con sus compañeros, dar y recibir cosas mágicas. Tal vez pienses “eso no puede suceder”, sin embargo hay algunos casos que demuestran lo  contrario.

¿Qué puede hacer mágico a mi trabajo?

Según los expertos hay tres aspectos básicos que pueden aumentar radicalmente la motivación y la sensación de orgullo de los trabajadores al realizar un trabajo, autonomía, maestría y sentido de afinidad.

Hoy me gustaría profundizar en el sentido de afinidad.

La clave es que el colaborador pueda reflexionar, primero a solas, y después compartir contigo y con el equipo, sus pensamientos y sentimientos acerca de las siguientes interrogantes:

  1. ¿Cómo es que mi trabajo contribuye a mejorar la vida de otros?
    Aquí pudieras traer a clientes internos o externos que le expresen a tus colaboradores, cómo es que su producto los ha ayudado a mejorar su calidad de vida.
  2. ¿Cómo el pertenecer a este equipo y realizar las funciones que hago, me ayuda a lograr mis sueños y desarrollarme como persona?
    La respuesta obvia es que me permite un salario estable, sin embargo hay que alentar a los colaboradores para que descubran otras cosas, como los amigos que ha hecho, lo que aprende, desarrollarse en otros ámbitos, etc.
  3. ¿Cuáles son los conocimientos, actitudes y cualidades de mi persona que me hacen sentir orgulloso?
  4. ¿Qué pequeños cambios pudiéramos hacer en el equipo para que pueda expresar los conocimientos, actitudes y habilidades que admiro de mí mismo?
  5. ¿Cómo al expresar los conocimientos, actitudes y habilidades que admiro de mí mismo ayudaría a mis compañeros y al equipo en general para mejorar nuestro desempeño?

En mi experiencia cuando los líderes dedican tiempo para que sus colaboradores reflexionen sobre estos aspectos, y después los compartan con sus compañeros; entonces juntos encuentran maneras de realizar pequeños cambios en el entorno que mejoran la colaboración entre ellos y la disposición para ayudarse, y un equipo que colabora y se ayuda consigue 3 resultados: aumenta el entusiasmo hacia el trabajo; permite que aprendan cosas nuevas debido a la mayor interacción y consiguen resultados.

3er Consejo:
Alineen las visiones personales con la visión del equipo.
La clave es que GENUINAMENTE estén dispuestos a colaborar y ser compasivos con los demás.

Si aplicas estos tres simples consejos:

  1. Programa tiempo para platicar con tus compañeros de equipo.
  2. Lleguen a acuerdos por consenso, aunque les lleve más tiempo.
  3. Alineen las visiones personales con la visión del equipo.

Entonces se convertirán en una Comunidad Productiva que alcanza resultados una y otra y otra vez.

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